Las semillas rebeldes

El invento de un agricultor toribiano.
 

Debajo de un lavadero de ropa, en una casa cerca de Toribío, un grupo de personajes esperan el momento preciso para empezar su función. Todas son hembras. Y son de varios colores: marrón, rojo, pinto, blanco, café, negro, amarillo, naranja, morado... 

Guillermo recibió una parcela de casi una hectárea hace 40 años. Era un potrero de pastizales rudos. La tierra había sido recuperada años atrás de manos de hacendados que cobraban terraje a los abuelos y papás de Guillermo. Recuperada la tierra era necesario recuperar el suelo (y habrá que recuperar también el subsuelo). Decidió dejarle crecer el monte y sentarse en un tronco a verlo aumentar. No sembró ni una mata, ni un árbol: la Madre Tierra solita sabía qué planta debía crecer en cada lugar. Con el tiempo dejó árboles en algunas zonas y el resto lo utilizó para cultivos. Hoy tiene una parcela cafetera tecnificada, secadoras en parabólica, cultivos de pancoger, lombricultura y un guardado de personajes de varios colores. "La Diversidad" se llama la finca.

Diversidad es lo que se ve en la finca.

Cada parte de la casa de Guillermo tiene gráficos y letreros: “sala de herramientas”, “cocina”, “lavadero y baño”, “sala”, “biblioteca”, “bodega de café”, “banco de semillas”. El mapa de la finca muestra la variedad de cultivos y lo organizada que está. 

Mapa de la finca hecho con hojas y semillas.













Llegamos al banco de semillas. Un día, hace varios años, Guillermo quiso conservar las semillas. Como recipientes usó embaces plásticos reciclados y el sitio elegido fue el espacio que queda bajo la losa del lavadero, lugar ideal para conservarlas de los gorgojos y de la ley. Guillermo se agachó y empezó a sacar frascos y frascos de muchas variedades de fríjol, maíz, habas, arveja... Para verlos en conjunto los ubicamos en una banca en el patio de la casa. Aquí están:

En la frescura de la paciente espera.

A la vista de lus admiradorus.

Surgió un tema espinoso: en resumen Guillermo viene siendo un terrorista, al igual que sus semillas. Estas variedades, que aguardan su función desde hace meses y años, son el terror de las semillas certificadas de monsanto y Guillermo le genera tirria a su junta directiva. Tanto que esta multinacional logró, a través de Obama, a través del TLC, a través del Gobierno colombiano que el ICA expidiera la resolución 970 que exige la siembra con semillas certificadas y prohíbe el uso de las semillas propias. 

Claro, del dicho al hecho hay mucho grano: desobedecer se ha vuelto un principio ecológico y un imperativo ético. Porque esta matica de fríjol ahí está muy oronda.




Fue guardada por dos años en un frasco debajo del lavadero y ahora como prueba de que el invento funciona y de que la ley es para violarla ahí está creciendo, firme como... como una mata de fríjol. Rebelde la verraquita. 

El resto aguarda el momento propicio debajo de un lavadero en una casa cerca de Toribío, desde donde le envían un saludito a las semillas terminator de monsanto: hasta la vista chicas.

 Todo en su lugar.

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Secadero multiusos.

Las aguas miel del café son altamente contaminantes. Guillermo montó un sofisticado sistema que purifica el agua y la convierte en abono purín.

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