Iniciaron los recorridos por los 17 inventos preseleccionados. El recorrido inició en Bodega Alta Caloto y terminará en Las Delicias, Buenos Aires, pasando por Toribío, Jambaló y Santander de Quilichao, en un camino trazado según la espiritualidad nasa (en espiral y por la derecha).
Un
mundo sin esperanza es el promovido por
el pensamiento de consumo del sistema capital, que convoca a la premisa:
“consumir más es vivir mejor”. Sin embargo, en las urbes y campos colombianos
el costo pagado por alcanzar este ideal de vivir mejor consumiendo más se
traduce en endeudamientos y empeños de la vida misma por entidades crediticias
y bancarias. Con todo lo anterior, ya existen y las muestras están, de esos
otros mundos que viven, existen y
re-existen, buscando transformar el
vivir mejor capitalista por el buen vivir, que es buscando equilibrio, armonía
y autonomía a través de la genialidad inventiva de la gente del común y los
remedios a las necesidades. Necesidades cuna de las genialidades para el vivir
contento y sabroso.
Ese
vivir y convivir sabroso y en armonía, wët wët fxi´zenxi, y sus ejemplos creativos,
se está gestando en las comunidades rurales del norte del Cauca a través de la
participación de ingeniosus nasas que buscan la autonomía mediante la
creatividad para resolver sus necesidades sin hacerle daño al otro –vecinus,
naturaleza– en la pesquisa de dinero para suplirlas.
Durante
los días 11 y 12 de marzo, se vienen asombrando los admiradores y acompañantes
de la “primera campaña de visibilización y reconocimiento de inventos para el
wët wët fxi´zenxi”, con las
iniciativas y desarrollos de las
genialidades que buscan desde lo simple y para todos, prácticas para ser
autónomos y seguir caminando el buen vivir y convivir.
El
lunes 11 de marzo, los admiradores deleitan sus miradas con los cuyes trabajadores de don José César Cuarán,
en la vereda de Bodega Alta, municipio de Caloto, norte del Cauca y la pategallina, sistema de riego creado
por la necesidad de agua para cultivos de don Jesús Jehová Ciclos.
Los cuyes proletarios
Escuche el audio:
Con
los cuyes trabajadores de don César,
la admiración partió de la solución dada a la poda manual del pasto,
tradicionalmente hecha apunta de machete
y guadañadora, con la puesta en marcha
de podadores naturales, trabajadores que no cobran, conocidos en los Andes como
cuyes o curíes. Están ubicados en jaulas nómadas donde los cuyes se alimentan mientras controlan biológicamente el exceso de pastos
y arvenses, al tiempo que abonan la tierra con su estiércol, potencializando la
tierra para las próximas semillas de comida. Junto a todo esto tiene lago de
peces, gallinas criollas y variedad de comida sana para la familia, los vecinos
y el mercado.
Cebolla con producción orgánica. Los cuyes proletarios controlan yerbas y arvenses.
Don César es indígena pasto pero llegó a estas tierras desde joven y fue adoptado como comunero nasa.
Lago con bocachico, carpa y tilapia. "Poquito y para la casa", dice don César.
Cebolla con producción orgánica. Los cuyes proletarios controlan yerbas y arvenses.
Don César es indígena pasto pero llegó a estas tierras desde joven y fue adoptado como comunero nasa.
Lago con bocachico, carpa y tilapia. "Poquito y para la casa", dice don César.
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