Esta vez una puerca es la protagonista. Una puerca nasa. Su cuidandero es un joven nasa de una tierra que antes de ser recuperada era una hacienda de terrateniente que iba de Loma Gruesa a Barondillo (medio mundo). Ahora la puerca vive en tierra libre pero siempre en riesgo de volver al servicio terratenientes globalizados.
La puerca nasa
En la vereda Vitoyó,territorio de
Jámbalo, encontramos el invento de Giovany Arcadio Zapata, el cual nos
sorprendió porque este nasa guarda las costumbres arraigadas a lo propio. Por
esta razón conserva una especie de
marrana criolla, nativa de la zona Norte del Cauca. En el
recorrido de la Campaña de inventos se quiere lograr que las comunidades
preserven y conserven cada especie, por muchos motivos como lo es la autonomía alimentaria,
la sostenibilidad, el trueque y la educación propia. Con esta especie de
marrana se dan todas estas razones, porque Giovany durante años ha cultivado y
ha tratado que su comunidad entienda lo importante que es conservar las razas
criollas, porque es algo que la madre tierra nos regala.
Una rascadita de barriga no viene nada mal en esta preñez tan verrionda.
Desde donde nos deja el carro se
camina hacia un alto unos 15 minutos y ahí nos encontramos una sorpresa: una
marrana que pesa más de 7 arrobas y mide más de un metro de largo. Es algo que
llena de orgullo al inventor aunque la comunidad de su alrededor no valoren
está raíz, porque eso es la raíz del nasa. Giovany, como buen nasa, lo primero
que hace es acudir a los conocimientos
de los mayores para hacer el ritual de armonización al lugar donde tiene la marrana
e incluso cuando está enferma. La marrana es alimentada con lo que hay en la
misma finca, pero la única variación es que los alimentos son cocinados, esto
evita que haga daños en su parcela o en la de algún vecino (por haberse
acostumbrado a comer los alimentos cocinados).
Un pequeño hogar con techo y pozo de barro. La comida, eso sí, cocinada y calientica.
En su finca tiene un lugar especial
para la marrana, también tiene una
construcción hecha con los mismos materiales que le da la finca y además tiene
un pozo para que ella misma se bañe. Él dice que esto permite que camine y tome
el sol para que no se estrese y así tenga un desarrollo y crecimiento natural, aunque
este lugar es muy pequeño para ella, dice Giovany. En este momento la marrana
criolla, tiene una cría de tres meses que la acompaña porque va ser su
remplazo, ya que la mama cumple su ciclo reproductivo al parir esta cochada (está
preñada. En cada parto tiene entre 6 y 7 crías, y cuando toca se conserva una
hembra para seguir el proceso).
Buen registro ante las cámaras.
El "patrón del macho" (reproductor) es traído de
otro resguardo y ahí es donde él hace trueque con lo que tiene en la huerta tul.
Giovany afirma que cuando entrega una cría explica su cuidado, alimentación y
conservación pero son pocas personas que siguen este proceso; dice que algunos
nasa solo piensan en el dinero y en seguir trabajando para otras personas y lo
critican por perder tiempo y plata (según ellos). Hoy el facilismo y el apego a
lo que ya está hecho sin necesidad de pensar se ha tomado el mundo agrario:
abonos, semillas, razas, técnicas. Esto empobrece a la gente y enriquece al
empresario genético que sonríe malicioso cuando recibe los billetes morados por
la venta de lo que se puede conseguir en el campo.La respuesta de Giovany es
que él quiere que se den cuenta de lo valioso que es seguir conservando lo
propio. Por eso pretende que su invento (el cuidado genético) se socialice con
otras comunidades y así aprecien lo que es del nasa. Y escuchándolo bien son
palabras sabias y son las que los mayores siempre dicen para que sigamos el camino de la
resistencia.
Con Aura Melisa se entendió bastante bien.
Giovany y su pequeña hija, cudanderos de la marrana.
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